martes, 25 de enero de 2011

¿Porque no triunfa el teletrabajo en España?

En el día de ayer, el diario el País publico una noticia respecto a la falta de interés que tiene el teletrabajo en España en contraposicion con el éxito que dicha modalidad laboral presenta en los países escandinavos. Siempre he pensado que para los discapacitados es un nicho de empleo a desarrollar y me he permitido hacer un resumen del articulo debido al interés que me suscita.

En Estados Unidos, algunos trabajadores se levantan con la alarma del despertador, se duchan, se visten y, a continuación, en lugar de coger el coche o el transporte público, encienden un ordenador en su propia casa. Desde allí, con una taza de café en mano, saludan por Skype a otros compañeros que, como ellos, no acudirán a la oficina. Son los teletrabajadores, una fuerza laboral que en España todavía representa aproximadamente al 8% de los empleados, frente al 15% de EE UU o el 17% de países nórdicos como Finlandia.
Esta manera de trabajar comenzó en EE UU en 1994, con un ensayo de la empresa AT&T en el que participaron más de 30.000 contratados, y no consiste simplemente -al contrario de lo que muchos creen- en trabajar a distancia, según explica Jordi Vilaseca, profesor de la Universidad de Barcelona y director del Observatorio de la Nueva Economía del IN3. El teletrabajo es una relación laboral específica y, como tal, debe incluir un contrato que estipule las condiciones laborales del empleado.
Es esencial que el teletrabajador, además, ejerza una labor de "autoprogramación", en la que él mismo dicta los ritmos para sus tareas. También, que haga un uso intensivo de las tecnologías de la información, especifica Vilaseca.
Por el momento, esta forma laboral, carece de regulación formal en España. Eso sí, en noviembre, el Gobierno la anunció como parte de las políticas de conciliación laboral y ahora está trabajando en ello, según fuentes del Ministerio de la Presidencia.
No obstante, algunas comunidades ya están dando pasos por su cuenta. Castilla y León, por ejemplo, tramitan un decreto pionero que va a regular el teletrabajo como forma de prestación de la jornada laboral en la modalidad de "no presencial", y que verá la luz en el primer trimestre de 2011.
¿Por qué a España todavía no le convence el teletrabajo? Jordi Vilaseca cree que el tejido empresarial español "todavía está dando el salto de la economía industrial a la del conocimiento", y que los empresarios españoles, por esta razón, aún "no se han dado cuenta de que la economía es global, y de que la competencia tiene por tanto que afrontarse mediante la innovación".
Margarita Mayo, profesora de liderazgo y comportamiento organizacional del IE Business School, lo achaca principalmente a una cuestión cultural del país, que a su vez se traslada a la cultura organizacional de la empresa: "En países como Suecia hay directivos que, a las tres o cuatro de la tarde, han terminado su trabajo y se van a casa. La gente los envidia, piensa: 'Qué bien hace su trabajo que puede marcharse antes'. En España, de una persona que salga a las cuatro no se infiere que sea eficiente, sino que no está comprometida" con la compañía.
¿Qué tipo de empresas se atreven con el trabajo fuera de las cuatro paredes de una oficina, un taller o una tienda? Las grandes empresas y, curiosamente, las compañías más pequeñas (con un máximo de 20 empleados). Estas últimas son las que están más abiertas a esta práctica, mientras que las medianas (entre 100 y 200 asalariados) son las que menos se animan. Ayuda también que la compañía sea internacional: las empresas netamente españolas suelen ser reacias al teletrabajo.
Aunque haya quien pueda pensar lo contrario, el porcentaje de mujeres no determina "para nada" la adopción del teletrabajo "ni de ninguna otra práctica de flexibilidad" o conciliación, explica Mayo. ¿La razón? Probablemente, porque las mujeres no suelen ocupar puestos de alta dirección. Y, aventura, muchas de las que sí llegan seguramente han tenido que sacrificar parte de su vida familiar: las directivas tienen 0,54 hijos de media frente a los 1,3 de media de las españolas, según la encuesta de Adecco a mujeres directivas de 2009.
Las Administraciones públicas están tomando ejemplo de la empresa privada. La semana pasada, 29 funcionarios del Departamento de Justicia vasco iniciaron su participación en un proyecto piloto de teletrabajo, por el que ejercerán desde casa tres días por semana y se ahorrarán el trayecto a la oficina.
Como Álex Rodríguez, que hasta ahora empleaba dos horas al día en desplazamientos entre Llodio y Vitoria y que ahora se conecta desde el salón de su casa. Cataluña también llevó a cabo dos planes piloto, en 2008 y 2010, con 80 funcionarios en total. El Gobierno catalán está ahora valorando la continuidad del proyecto. La Comunidad de Madrid, por el contrario, no cuenta con este tipo de experiencias.

Ventajas e inconvenientes del trabajo a distancia

A favor
- La empresa puede reducir los costes al alquilar oficinas más pequeñas. Kellogg, por ejemplo, ha ahorrado hasta un 60% en electricidad en sus oficinas adaptadas de Madrid.
- Disminuyen los conflictos que el trabajo puede causar en la familia.
- El trabajador tiene total libertad para conciliar su vida personal con la profesional.
- Elimina los desplazamientos entre el lugar de trabajo y la residencia del trabajador.
- Aumenta considerablemente la satisfacción laboral del trabajador, y reduce sus niveles de estrés.
- Disminuye la rotación de los trabajadores.
- Permite que el trabajador elija libremente su lugar de residencia: algunos grupos de teletrabajadoresAyuntamientos rurales acojan centros de teletrabajo u ofrezcan facilidades para que los empleados a distancia se instalen en ellos.
- Permite acceder a un mercado laboral global.
- Reduce las emisiones de dióxido de carbono de las empresas.
En contra
- Al trabajador le puede costar establecer nuevas rutinas para separar su vida personal de la laboral.
- La tendencia es que el empleado acabe sobrecargándose de trabajo y dedicando a su labor más horas que en un trabajo tradicional.
- La familia sí puede interferir con el trabajo, sobre todo si el teletrabajador no dispone de un espacio propio para realizar su tarea.
- Falta de interacción y relaciones sociales con compañeros de trabajo.
- El factor out of side, out of mind: el empleado que no pasa habitualmente por el centro tradicional de trabajo puede acabar perdiendo oportunidades de promoción profesional.
- No todas las empresas pueden afrontar los costes de una tecnología adecuada para el teletrabajo: Intranet, ordenador portátil, teléfonos móviles.
- Pueden existir problemas de seguridad en las transmisiones de datos.
- Algunos compañeros laborales pueden interpretar la ausencia del puesto de trabajo como una imagen de poca seriedad.


2 comentarios:

  1. Es una pena que en estas cuestiones siempre vayamos a la cola del mundo. El teletrabajo, personalmente, me parece una idea buenísima ahora que vivo de forma independiente. Un trabajador tiene que ser formal siempre, da igual si está en una oficina o en su sofá, pues esa es la clave del éxito.

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  2. Hola Elen, bienvenida y gracias por particuipar en mi blog

    El teletrabajo, desde mi punto de vista, es una solución estupenda para solventar la empleabilidad del discapacitado, en especial aquellos con discapacidad severa que pueden trabajar delante de un ordenador desde casa. Considero que es un nicho de mercado por explotar aún, pero seguramente primero tendrá que ser testado y evaluado por la sociedad en general, a nosotros nos llegarán las migajas.

    Un saludo

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